BIBLIOTECA TEATRAL
Colección orientada en un principio a divulgar las más modernas y mejores producciones literarias del mayor éxito en el teatro español. Sin embargo, en la práctica se acabó inclinando claramente hacia el género cómico.
Periodicidad y duración: El primer número se publicó en 1941 y se mantuvo hasta 1961 (un total de 202 números), con periodicidad en principio quincenal. Los números 1 y 2 aparecieron bajo la rúbrica de El Teatro, y a partir del nº 3 (por problemas de orden legal) ya se denomina Biblioteca Teatral.
Director. Redacción. Imprenta: El director fue el conocido e ilustre periodista Benjamín Bentura.
La redacción de la revista estaba en la calle José Celestino Mutis nº 32 de Madrid.
Se confeccionaron en diversas imprentas, pero las más habituales fueron ARBA y Editorial Católica.
Contenido: Se nutre de piezas de autores vivos o de muy reciente desaparición en ese momento (Arniches, Muñoz Seca), con predominio de comedias, zarzuelas, etc. Faltan autores de la talla de Benavente (quizá por problemas de derechos de autor) o Pemán, así como clásicos de siglos precedentes, y hay poco teatro extranjero en general. Se tiende más a autores consagrados que a nuevos valores. Incluso hay dos números dedicados a teatro infantil.
Hay números cuyo contenido se repite en otro. Así sucede con los 24 y 117, 37 y 135, 40 y 133, 43 y 124, 45 y 127, 57 y 143, 73 y 157, 92 y 141, y 95 y 155.
En algún caso la primera y segunda edición de un número tienen diferente contenido (números 78 y 84).
De varios números se publicaron dos ediciones, y de los nºs 124 y 143 se publicaron 3.
Diseño: Formato 17 x 12 hasta el número 193, y 19’5 x 13’5 desde el nº 194 en adelante.
Al comienzo de cada acto se inserta una viñeta con el decorado en donde se desarrolla. Todos los ejemplares iban encuadernados con grapas.
Portadas: Cubiertas a cuatro colores, basadas en caricaturas de los autores.
La cubierta posterior se dedica a publicidad de la propia colección o de publicaciones afines. A partir del nº 92 suelen quedar en blanco o figurar sólo el nombre de la imprenta.
Precio: Los primeros números costaban 1’50 pesetas. Más tarde aumenta hasta llegar a 10 pesetas, aunque hay uno que alcanzó las 15.
Bibliografía:
Valentín Azcune Fernández: Biblioteca Teatral, CSIC, 2007
Números publicados:
1.- Enrique Jardiel Poncela - Eloísa está debajo de un almendro
2.- Antonio Paso hijo / Emilio Sáez - Papanatas
3.- Mariano Tomás - Garcilaso de la Vega
4.- Ladislao Fodor - Suspenso en amor
5.- José Ramos Martín - ¿Quién…?
6.- Pedro Pérez Fernández / Antonio Quintero - Mi niña
7.- José Antonio Ochaíta / Rafael de León - Cancela
8.- Adolfo Torrado - La infeliz vampiresa
9.- José Tellaeche - Gente de bulla
10.- Antonio Paso hijo / Emilio Sáez - Amuleto
11.- Luis de Vargas - El señorito Pepe
12.- Antonio Casas Bricio - Gloria Linares
13.- Enrique Jardiel Poncela - Los ladrones somos gente honrada
14.- Francisco Ramos de Castro / Manuel López-Marín - ¡Y vas que ardes…!
15.- Luisa Mª Linares / “Daniel España” - En poder de Barba Azul
16.- Pedro Muñoz Seca - El último pecado
17.- Aurelio Tejedor - Madrinita buena
18.- Enrique Jardiel Poncela - Un marido de ida y vuelta
19.- Luis Fernández Ardavín / José Luis Mañes - María Antonieta
20.- Pedro Muñoz Seca / Pedro Pérez Fernández - La oca
21.- Pedro Pérez Fernández / Antonio Quintero - Don Bartola
22.- Antonio Paso / Joaquín Abati - El gran tacaño
23.- Antonio Ramos Martín - El sexo débil / La real gana / En capilla
24.- Luis Fernández de Sevilla / Anselmo C. Carreño - Los marqueses de Matute
25.- Antonio Paso / Ricardo González de Toro - Soltero y solo en la vida
26.- Antonio Paso hijo / Emilio Sáez / Enrique Paso - ¡Que le ahorquen a usted!
27.- Pedro Muñoz Seca - El roble de la “Jarosa”
28.- Rafael López de Haro - Un timbre que no suena
29.- Pedro Calderón de la Barca - La dama duende
30.- Antonio Casas Bricio - Tú gitano y yo gitana
31.- Enrique Jardiel Poncela - Es peligroso asomarse al exterior
32.- Antonio Casas Bricio - … Y creó las madres
33.- Enrique Jardiel Poncela - Madre (el drama padre)
34.- Enrique García Álvarez / Pedro Muñoz Seca - Los cuatro Robinsones
35.- Antonio Ramos Martín - Dios te ampare / Los galgos / La afición / El mejor de los mundos
36.- Leandro Navarro - Los novios de mis hijas
37.- Pedro Muñoz Seca - El contrabando / Coba fina / La casa de los crímenes
38.- Carlos Arniches - La sobrina del cura / Los milagros del jornal
39.- Leandro Navarro - Como tú me querías
40.- Enrique García Álvarez / Pedro Muñoz Seca - El verdugo de Sevilla
41.- Enrique Paradas / Joaquín Jiménez - El primer rorro / La casa de los milagros
42.- José de Lucio - ¡Consuélate, Laureano!
43.- José Fernández del Villar - La educación de los padres
44.- Enrique Jardiel Poncela - Blanca por fuera y rosa por dentro
45.- Pedro Muñoz Seca - El conflicto de Mercedes
46.- Luis Fernández de Sevilla - Mi señor es un señor
47.- Carlos Arniches - La condesa está triste
48.- Pedro Muñoz Seca - El ardid
49.- Carlos Arniches - Don Verdades
50.- Antonio Paso / Antonio López Monís / José Pérez López - ¡Mujercita mía!
51.- Carlos Arniches - La fiera dormida
52.- Enrique García Álvarez / Pedro Muñoz Seca - Pastor y borrego
53.- Carlos Arniches - Ya conoces a Paquita
54.- Enrique Suárez de Deza - Ha entrado una mujer
55.- Daniel España - La señorita Polilla
56.- Giovanni Cenzato - Los que quedamos
57.- Carlos Arniches - La casa de Quirós
58.- Carlos Arniches - Para ti es el mundo
59.- José de Lucio - ¿Qué hacemos con los viejos?
60.- José Fernández del Villar - La prudencia
61.- Pedro Muñoz Seca / Pedro Pérez Fernández - Las cosas de la vida / Mentir a tiempo
62.- Carlos Arniches / Joaquín Abati – No te ofendas, Beatriz…
63.- Pedro Muñoz Seca / Pedro Pérez Fernández – Martingalas // Joaquín F. Roa – ¡Era un romántico!
64.- Luis Tejedor / Luis Muñoz Lorente - Las tres B.B.B.
65.- Julia Maura - La mentira del silencio
66.- Enrique Suárez de Deza - Ambición
67.- Enrique Jardiel Poncela - Las siete vidas del gato
68.- Enrique Suárez de Deza - ¡Catalina, no me llores!
69.- Leandro Navarro - Con los brazos abiertos
70.- Pedro Muñoz Seca / Pedro Pérez Fernández - La plancha de la marquesa / Celos / De rodillas y a tus pies
71.- Carlos Arniches - La chica del gato
72.- Carlos Arniches / Ramón Asensio Mas / Enrique García Álvarez - El puñao de rosas / Alma de Dios
73.- Pedro Muñoz Seca / Pedro Pérez Fernández - Los chatos
74.- Pedro Muñoz Seca - La verdad de la mentira
75.- Miguel de Acosta - Cuando a Adán le falta Eva
76.- Enrique García Álvarez / Pedro Muñoz Seca - La frescura de Lafuente
77.- Serafín y Joaquín Álvarez Quintero - La patria chica / La mala sombra
78.- José Ramos Martín - La montería / Cartas son cartas
78.bis - José Ramos Martín - La montería / La Alsaciana
79.- Enrique Jardiel Poncela - Tú y yo somos tres
80.- Enrique Suárez de Deza - Cándido de día, cándido de noche
81.- Carlos Arniches - El padre Pitillo
82.- Serafín y Joaquín Álvarez Quintero - El mal de amores / La reina mora
83.- Pedro Muñoz Seca - La señorita Ángeles
84.- José López Silva / Carlos Fernández Shaw - La Revoltosa / Las bravías
85.- Carlos Arniches - La cruz de Pepita
86.- Miguel Ramos Carrión – Agua, azucarillos y aguardiente / El chaleco blanco
87.- Pedro Muñoz Seca / Pedro Pérez Fernández - El Goya / La nicotina
88.- Enrique Suárez de Deza - Nocturno (Historia de un gran amor)
89.- José de Lucio - El sosiego (Remiende Vd. su salud a precios moderados)
90.- Julián Sánchez Prieto (El Pastor Poeta) - Un alto en el camino
91.- Enrique Jardiel Poncela - Usted tiene ojos de mujer fatal
92.- Pedro Muñoz Seca / Pedro Pérez Fernández – Las “cosas” de Gómez / Clemente el Bonito / Lola, Lolita, Lolilla y Lolo
93.- Armando Moock - Del brazo y por la calle
94.- Darthés / Damel - Tres mil pesos
95.- Serafín y Joaquín Álvarez Quintero - Marianela
96.- Jesús Morante Borrás - El tío Estraperlo
97.- Armando Moock - Rigoberto
98.- Enrique Jardiel Poncela - El sexo débil ha hecho gimnasia
99.- Pedro Muñoz Seca / Pedro Pérez Fernández - La caraba
100.- Enrique Jardiel Poncela - Como mejor están las rubias es con patatas
101.- Carlos Arniches - El amigo Melquíades o Por la boca muere el pez
102.- Enrique Jardiel Poncela - Cuatro corazones con freno y marcha atrás
103.- Carlos Arniches - Serafín el pinturero o Contra el querer no hay razones
104.- Enrique Jardiel Poncela - Los habitantes de la casa deshabitada
105.- Pedro Muñoz Seca / Pedro Pérez Fernández - La tela
106.- Pedro Muñoz Seca / Pedro Pérez Fernández - Los extremeños se tocan
107.- Pedro Muñoz Seca / Pedro Pérez Fernández - La Lola
108.- Pedro Muñoz Seca - La venganza de don Mendo
109.- Pedro Muñoz Seca / Pedro Pérez Fernández - Pepe Conde o El mentir de las estrellas
110.- Enrique Jardiel Poncela - Los tigres escondidos en la alcoba
111.- Luis Fernández de Sevilla - El doctor Faustino
112.- Francisco Ramos de Castro - El niño de hielo
113.- Pedro Muñoz Seca / Juan López Núñez - El rayo
114.- Serafín y Joaquín Álvarez Quintero - Las de Caín
115.- Luis Fernández de Sevilla / Rafael Sepúlveda - Madre Alegría
116.- Serafín y Joaquín Álvarez Quintero – El amor que pasa / Mañana de sol
117.- Luis Fernández de Sevilla / Anselmo C. Carreño - Los marqueses de Matute
118.- Luis Fernández de Sevilla / Luis Tejedor -Un moreno y un rubio
119.- Carlos Arniches - El último mono o El chico de la tienda
120.- Serafín y Joaquín Álvarez Quintero - Las flores
121.- Antonio Paso (hijo) y Emilio Sáez - ¡Qué solo me dejas!
122.- Serafín y Joaquín Álvarez Quintero - El genio alegre
123.- Pedro Muñoz Seca - El refugio
124.- José Fernández del Villar - La educación de los padres
125.- Pedro Muñoz Seca / Pedro Pérez Fernández - Anacleto se divorcia
126.- Luis Fernández de Sevilla / Luis Tejedor - Eran tres: un gitano y un marqués…
127.- Pedro Muñoz Seca - El conflicto de Mercedes
128.- Carlos Arniches - El señor Adrián, el primo o Qué malo es ser bueno
129.- Francisco Ramos de Castro / Anselmo C. Carreño - La del manojo de rosas
130.- Pedro Muñoz Seca - El alfiler
131.- Vicente Vila-Belda - Seis despistados en busca del amor
132.- Pedro Muñoz Seca / Pedro Pérez Fernández - De lo vivo a lo pintado / Sanjuán y Sampedro
133.- Enrique García Álvarez / Pedro Muñoz Seca - El verdugo de Sevilla
134.- Adrián Ortega - Don Armando Gresca
135.- Pedro Muñoz Seca / Sebastián Alonso Gómez / Pedro Pérez Fernández / Enrique García Álvarez - El contrabando / Coba fina / La casa de los crímenes
136.- José Ramos Martín - Los gavilanes
137.- Pedro Muñoz Seca / Pedro Pérez Fernández - Mi chica
138.- Aldo de Benedetti - El armarito chino
139.- Serafín y Joaquín Álvarez Quintero - Puebla de las mujeres
140.- Pedro Muñoz Seca / Pedro Pérez Fernández - María Fernández
141.- Pedro Muñoz Seca / Pedro Pérez Fernández - Las “cosas” de Gómez / Clemente el Bonito / Lola, Lolita, Lolilla y Lolo
142.- Pedro Muñoz Seca / Enrique García Álvarez - El último Bravo
143.- Carlos Arniches - La casa de Quirós
144.- Serafín y Joaquín Álvarez Quintero - El patio
145.- Darío Nicodemi - La enemiga
146.- Carlos Arniches - ¡Que viene mi marido!
147.- Serafín y Joaquín Álvarez Quintero - Cinco lobitos
148.- Carlos Arniches - ¡Mecachis, qué guapo soy!
149.- José Fernández del Villar - La negra
150.- Luis Fernández de Sevilla / Rafael Sepúlveda - Las ermitas
151.- Thornton Wilder - Nuestra ciudad
152.- Carlos Arniches - La locura de don Juan
153.- Enrique García Álvarez / Antonio Paso - La alegría de la huerta // Antonio Paso / Joaquín Abati - El asombro de Damasco
154.- Carlos Arniches / J. A. Estremera - Don Quintín el amargao o El que siembra vientos…
155.- Serafín y Joaquín Álvarez Quintero - Marianela
156.- Carlos Arniches - El tío Miseria
157.- Pedro Muñoz Seca / Pedro Pérez Fernández - Los Chatos
158.- Federico Romero / Guillermo Fernández Shaw - Doña Francisquita
159.- Ángel Torres del Álamo / Luis Tejedor - ¡Hay, Felipe de mi alma! [sic]
160.- Maurice Hennequin - Las delicias del hogar
161.- Serafín y Joaquín Álvarez Quintero - Malvaloca
162.- José Alfayate / Vicente Soriano de Andía - ¡Ponte el bigote, Manolo!
163.- Federico Romero / Guillermo Fernández Shaw - Luisa Fernanda
164.- José Alfayate / Vicente Soriano de Andía - El tío Pepe
165.- Antonio Paso (h) / José de Juanes - La huérfana de Dos Hermanas
166.- Federico Romero / Guillermo Fernández Shaw - La rosa del azafrán
167.- Pedro Muñoz Seca / Pedro Pérez Fernández - Mi padre
168.- Serafín y Joaquín Álvarez Quintero - Doña Clarines
169.- Adrián Ortega - Sansón y la Lila
170.- Dora Sedano / Luis Tejedor - Nuestras chachas
171.- Pedro Muñoz Seca - Los sabios
172.- José Alfayate / Luis Tejedor - Cuando la suegra es la otra…
173.- José Alfayate / Luis Tejedor - Tres alcobas
174.- José de Lucio / José Pérez López - Pepa "La Trueno"
175.- Pedro Muñoz Seca - La plasmatoria
176.- Pedro Muñoz Seca / Pedro Pérez Fernández - ¡Soy un sinvergüenza!
177.- Luis Tejedor / José Alfayate - No es tan fiero el león…
178.- Julián Sánchez Prieto (El Pastor Poeta) - Al escampío
179.- Luis Tejedor / José Alfayate - Mi mujer me gusta más
180.- Luis Fernández de Sevilla / Rafael Sepúlveda - Estudiantina
181.- Luis Fernández de Sevilla / Anselmo C. Carreño - ¡Esta noche me emborracho!
182.- Pedro Muñoz Seca / Pedro Pérez Fernández - Un drama de Calderón
183.- Federico Romero / Guillermo Fernández Shaw - La canción del olvido
184.- Federico Romero / Guillermo Fernández Shaw - El caserío
185.- Luis Fernández de Sevilla / Luis Tejedor - ¡Tenemos petróleo!
186.- Carlos Llopis - Nosotros, ellas y el duende
187.- Carlos Arniches - La señorita de Trévelez
188.- José S. Santonja - Bajo el cielo de Belén / La linda Caperucita
189.- "Tono" - Crimen pluscuamperfecto
190.- Luis Pascual Frutos - Molinos de viento / Musetta
191.- "Tono" - Guillermo Hotel
192.- "Tono" / Edgar Neville - Eva, Adán y Pepe o Las dos manzanas de Eva
193.- Antonio Quintero / Pascual Guillén - Los caballeros
194.- "Tono" - Romeo y Julieta Martínez
195.- Federico Romero / Guillermo Fernández. Shaw - La tabernera del puerto
196.- "Tono" - Minouche
197.- Miguel Ramos Carrión - La bruja
198.- Luis Mariano de Larra - El barberillo de Lavapiés
199.- José de Lucio - ¡Manda a tu madre a Sevilla!
200.- “Tono” / Jorge Llopis - La última opereta
201.- Carlos Arniches / Enrique García Álvarez - La fiesta de San Antón / El terrible Pérez
202.- Juan José Alonso Millán - La felicidad no lleva impuesto de lujo
Bienvenidos
La literatura teatral en España experimentó un auge con la llegada del siglo XX, coincidiendo con la expansión del libro como vehículo de difusión de la cultura. Junto a las publicaciones de poesía, de novela, de cuento, de actualidad o de información general, se fue desarrollando también una rica y no siempre bien estudiada bibliografía que recoge sobre el papel la actualidad de lo que tenía lugar sobre los escenarios.
Aunque el teatro en principio se concibe para ser visto o representado, es indudable que nadie puede asimilar todo lo que sube a las tablas, que a menudo además no alcanza los mínimos de calidad suficientes para trascender más allá de la época en que se estrenaban (a veces las obras se representaban una sola vez antes de caer en el olvido eterno). Y por el contrario, había otras piezas que, bien por tratarse de clásicos de siglos precedentes o de incuestionable valor (tanto españolas como extranjeras), merecían la gloria de ser conocidas por públicos de las generaciones posteriores, sin tener que esperar a que se representasen alguna vez. Eso, sin contar con que los actores y actrices que habían de asumir algún papel en las obras necesitaban un soporte físico con el que trabajar.
Es por ello que de forma regular y constante empiezan a surgir empresas de artes gráficas que apuestan por la literatura dramática, aunque sea empleando unos materiales (papel, tintas, etc) a menudo de poca calidad y poco aptos para resistir el paso del tiempo.
Todas las colecciones que van apareciendo, sobre todo hacia los años 20, presentan algunos elementos en común.
En primer lugar, la publicidad. Algo que a buen seguro a los consumidores de antaño no les haría mucha gracia pero que hoy nos resulta sumamente atractivo, porque sirve para conocer de forma indirecta las inquietudes, el modo de vida y hasta los gustos de aquella sociedad. Lo mismo anuncian en contraportadas o páginas interiores rudimentarios productos de belleza o soluciones para los callos, que bombillas, complejos vitamínicos, o por supuesto publicidad de otras revistas o publicaciones del propio editor. Como solían hacer mención al precio de lo que se anunciaba, sabemos también lo que costaban ciertos artículos: cifras que hoy nos parecen insignificantes, pero que en su momento serían prohibitivas para una gran parte de aquellos ciudadanos.
En segundo lugar, las portadas. En muchos casos incorporaban caricaturas de los actores, autores o compositores responsables o que intervenían en la representación que tenía lugar más o menos simultáneamente a la publicación de la obra. De esta forma, se fue creando una rica galería de rostros de personajes vinculados al mundillo teatral, muchos de los cuales son hoy verdaderas leyendas: maría guerrero, margarita xirgu, lola membrives, milagros leal, ricardo calvo, los mesejo, emilio thuillier, carlos arniches, los quintero, muñoz seca, tomás bretón, el maestro serrano, romero y fernández shaw, etc.
En tercer lugar, la austeridad en el texto, que se comprime todo lo que se puede para tratar de que cada número ocupe el menor número de páginas posible. Ello lleva a emplear abreviaturas al comienzo de cada parlamento para designar a quien habla, que a la larga suele ser una dificultad añadida para el lector de cara a representarse mentalmente quién es el personaje que interviene.
En cuarto lugar, la dudosa calidad de gran parte de las obras publicadas, que -en esto hemos cambiado poco- solía obedecer más a criterios de oportunidad que de verdadero rigor artístico. Si hacemos un análisis profundo de la clase de teatro que se iba editando en las primeras décadas del pasado siglo, encontramos que junto a una minoría de piezas verdaderamente indiscutibles (de benavente, los quintero, azorín, etc.), hay demasiada paja como para que los lectores aficionados cayesen en la tentación de comprarlas con asiduidad. Y respecto de los clásicos, se presentaban retocados, mal adaptados, mutilados, hechos a medida de los gustos o las exigencias de la época. Lo mismo podría decirse de algunas obras de teatro extranjero (ibsen, d'annunzio, etc.), que se presentaban en traducciones no demasiado solventes.
Era aún la época del teatro en verso, aunque empezaba a imponerse también el escrito en prosa. Pero aún triunfaban los Villaespesa, Marquina, etc. frente a los Unamuno o Benavente. Y unas décadas en las que lo cómico, frívolo y superficial se imponía claramente sobre lo dramático.
No todas las colecciones tuvieron la misma singladura. Algunas pasaron con más pena que gloria, con apenas un centenar de títulos, y otras se prolongaron durante décadas, hasta alcanzar más de 700 números. Aquí pretendo recordar la mayor parte de ellas, incluso las publicadas en las postrimerías del siglo XX, aunque no siempre hay información suficiente respecto de su duración, contenido, fecha de estreno de las obras publicadas, etc.
Sed bienvenidos. Muy pronto el veneno del teatro empezará a hacer efecto.
Juan Ballester
Aunque el teatro en principio se concibe para ser visto o representado, es indudable que nadie puede asimilar todo lo que sube a las tablas, que a menudo además no alcanza los mínimos de calidad suficientes para trascender más allá de la época en que se estrenaban (a veces las obras se representaban una sola vez antes de caer en el olvido eterno). Y por el contrario, había otras piezas que, bien por tratarse de clásicos de siglos precedentes o de incuestionable valor (tanto españolas como extranjeras), merecían la gloria de ser conocidas por públicos de las generaciones posteriores, sin tener que esperar a que se representasen alguna vez. Eso, sin contar con que los actores y actrices que habían de asumir algún papel en las obras necesitaban un soporte físico con el que trabajar.
Es por ello que de forma regular y constante empiezan a surgir empresas de artes gráficas que apuestan por la literatura dramática, aunque sea empleando unos materiales (papel, tintas, etc) a menudo de poca calidad y poco aptos para resistir el paso del tiempo.
Todas las colecciones que van apareciendo, sobre todo hacia los años 20, presentan algunos elementos en común.
En primer lugar, la publicidad. Algo que a buen seguro a los consumidores de antaño no les haría mucha gracia pero que hoy nos resulta sumamente atractivo, porque sirve para conocer de forma indirecta las inquietudes, el modo de vida y hasta los gustos de aquella sociedad. Lo mismo anuncian en contraportadas o páginas interiores rudimentarios productos de belleza o soluciones para los callos, que bombillas, complejos vitamínicos, o por supuesto publicidad de otras revistas o publicaciones del propio editor. Como solían hacer mención al precio de lo que se anunciaba, sabemos también lo que costaban ciertos artículos: cifras que hoy nos parecen insignificantes, pero que en su momento serían prohibitivas para una gran parte de aquellos ciudadanos.
En segundo lugar, las portadas. En muchos casos incorporaban caricaturas de los actores, autores o compositores responsables o que intervenían en la representación que tenía lugar más o menos simultáneamente a la publicación de la obra. De esta forma, se fue creando una rica galería de rostros de personajes vinculados al mundillo teatral, muchos de los cuales son hoy verdaderas leyendas: maría guerrero, margarita xirgu, lola membrives, milagros leal, ricardo calvo, los mesejo, emilio thuillier, carlos arniches, los quintero, muñoz seca, tomás bretón, el maestro serrano, romero y fernández shaw, etc.
En tercer lugar, la austeridad en el texto, que se comprime todo lo que se puede para tratar de que cada número ocupe el menor número de páginas posible. Ello lleva a emplear abreviaturas al comienzo de cada parlamento para designar a quien habla, que a la larga suele ser una dificultad añadida para el lector de cara a representarse mentalmente quién es el personaje que interviene.
En cuarto lugar, la dudosa calidad de gran parte de las obras publicadas, que -en esto hemos cambiado poco- solía obedecer más a criterios de oportunidad que de verdadero rigor artístico. Si hacemos un análisis profundo de la clase de teatro que se iba editando en las primeras décadas del pasado siglo, encontramos que junto a una minoría de piezas verdaderamente indiscutibles (de benavente, los quintero, azorín, etc.), hay demasiada paja como para que los lectores aficionados cayesen en la tentación de comprarlas con asiduidad. Y respecto de los clásicos, se presentaban retocados, mal adaptados, mutilados, hechos a medida de los gustos o las exigencias de la época. Lo mismo podría decirse de algunas obras de teatro extranjero (ibsen, d'annunzio, etc.), que se presentaban en traducciones no demasiado solventes.
Era aún la época del teatro en verso, aunque empezaba a imponerse también el escrito en prosa. Pero aún triunfaban los Villaespesa, Marquina, etc. frente a los Unamuno o Benavente. Y unas décadas en las que lo cómico, frívolo y superficial se imponía claramente sobre lo dramático.
No todas las colecciones tuvieron la misma singladura. Algunas pasaron con más pena que gloria, con apenas un centenar de títulos, y otras se prolongaron durante décadas, hasta alcanzar más de 700 números. Aquí pretendo recordar la mayor parte de ellas, incluso las publicadas en las postrimerías del siglo XX, aunque no siempre hay información suficiente respecto de su duración, contenido, fecha de estreno de las obras publicadas, etc.
Sed bienvenidos. Muy pronto el veneno del teatro empezará a hacer efecto.
Juan Ballester
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario